Primero entregaron un trabajo en la facultad y la portada llevaba letra Comic Sans, pero a mí no me importó, porque no soy profesor. Después montaron una zapatería en la calle de al lado y su cartel estaba en Comic Sans, pero a mí no me importó, porque no es mi calle. Un amigo me acaba de mandar un correo escrito en Comic Sans, y ya es demasiado tarde.(Vía El teléfono verde)
No hay comentarios:
Publicar un comentario